Lineamientos político-académicos

Las circunstancias que dieron lugar a la creación de nuestra escuela determinaron desde el principio, las características que forjaron una identidad que a lo largo de los años se fue consolidando.

Comenzamos sin ningún recurso. No teníamos edificio ni material didáctico. Tampoco personal suficiente. Pero sobraba voluntad. Por lo que naturalizamos que a cada iniciativa, a cada proyecto, a cada sueño, le correspondía siempre la gestión necesaria para conseguir un espacio más, un profe más, un instrumento más……etc.

Por eso nacimos como escuela con una convicción que constituye uno de nuestros rasgos de identidad más fuertes: “nunca dejaremos de reclamar por mejores condiciones para enseñar y aprender, pero nunca dejaremos de enseñar y aprender a pesar de las condiciones”

Porque entendemos que los derechos no nos los regalan. Se conquistan. Y entendemos que los peores obstáculos para acceder al derecho a la educación, son la queja vacía y la resignación.

Estas circunstancias nos llevaron a entender que, conceptualmente, la escuela no es sus paredes ni los recursos materiales, sino el deseo de sus habitantes de encontrarse para construir y distribuir generosamente el conocimiento, motivo por el cual priorizamos ampliar las posibilidades de acceso extendiéndonos en anexos, a la opción menos compleja que hubiera sido quedarnos en una única sede.

Comenzamos porque coincidíamos en la necesidad de incorporar el arte en el sistema educativo formal, para lo cual hacía falta en nuestro distrito –el más grande de la provincia- una institución que formara docentes que desarrollaran una forma de conocimiento imprescindible en la formación de lxs niñxs y jóvenes de todos los niveles. Esto determinó otro de nuestros rasgos identitarios: “no vemos contradicción entre formar artistas y formar docentes. Formamos docentes, especializados en los distintos lenguajes artísticos, comprometidos con la realidad de esos/as niños/as y jóvenes”

No formamos “profesionales del arte” que promuevan la “neutralidad” del conocimiento.

Entendemos también que la “libertad de cátedra” significa la posibilidad que cada docente tiene de desplegar las estrategias que evalúe más apropiadas desde el dominio de su especialidad, el conocimiento de su grupo a cargo y los vínculos que puede construir con los/las estudiantes, pero no significa la posibilidad de enseñar lo que cada uno/a quiera.

Por eso es que, dentro del marco de los contenidos prescritos en los diseños curriculares vigentes, los proyectos de cátedra son unificados, resultando un único proyecto por materia, consensuado entre los/as docentes que dictan la misma asignatura y la jefatura de área correspondiente. Esto deviene en otro de los rasgos de identidad: “En la escuela de arte entendemos la educación como un acto necesariamente colectivo”

Finalmente, por nuestra historia, aprendimos a privilegiar el derecho de lxs estudiantes por sobre toda formalidad evitable, por lo que cualquier pauta convenida para la organización académica deberá ser respetada en tanto no se convierta en un obstáculo burocrático para el acceso, la permanencia y el egreso de nuestrxs estudiantes.

 

A pesar de la complejidad que supone la variedad de carreras, especialidades, formatos, sedes, espacios y horarios que conviven en La Marechal, estos rasgos de identidad son los que le dan sentido y cohesión a nuestro trabajo diario y a cada una de nuestras propuestas, por lo que la supervisión de cada tarea en la escuela tendrá como referencia el presente proyecto institucional.